Uno de los paisajes más interesantes y curiosos que puedes ver en Navarra, y también en España, es sin duda el parque natural de Bardenas Reales.
Situado al sureste Navarra, se trata de un enorme paraje natural de 42.000 hectáreas de extensión, donde te encontrarás nos solo sugerentes paisajes sino también rincones muy curiosos que te pueden recordar a los más agrestes parajes de Arizona que tantas veces hemos visto en el cine.
De cara a tu posible visita (y no dudamos que las visitarás…), a continuación te damos una serie de datos y curiosidades sobre las Bardenas.
Pasajes semidesérticos… y verdes praderas
La principal características de las Bardenas Reales son sus paisajes semidesérticos, conformados por arcillas y areniscas que durante millones de años han sufrido los efectos de la erosión, lo que propicia que ahora veamos curiosas formaciones rocosas, como mesetas o los característicos cabezos.
Pero si visitas las Bardenas Reales en invierno o primavera, te sorprenderán los paisajes verdes en alguna de sus grandes llanuras, fruto de la existencia de un embalse en uno de sus extremos que propicia las plantaciones de de cereales, arroz y otros cultivos.
Valles pirenáicos entre los propietarios de las Bardenas Reales
Te sorprenderá saber que entre los propietarios actuales de las Bardenas Reales se encuentran los valles pirenaicos de Roncal y Salazar.
Pobladas desde la Edad de Bronce, las Bardenas Reales tienen esta denominación porque en su día estos territorios fueron propiedad de los reyes de Navarra; de ahí su nombre de ‘Reales’. De hecho, ya en los siglos IX y X se conviertieron en una zona límite entre el naciente Reino de Navarra y los reinos árabes del sur.
Una parte de las Bardenas se utiliza como zona de pasto de invierno para el ganado, un uso antiquísimo, pues en el año 882 el rey Sancho García concedió al valle de Roncal el derecho de “hacer herbajes, corrales y cabañas” por su participación en la guerra contra los musulmanes, lo que atestigua su ancestral uso y la trashumancia entre el norte y el sur de Navarra.
Pues efectivamente este territorio semidesértico de Navarra no es propiedad de un municipio concreto, ya que de hecho no encontrarás núcleos urbanos. La propiedad la tiene la denominada Comunidad de Bardenas, constituida por 22 municipios y juntas de valles.
Este derecho de pastos inicialmente concedido al valle de Roncal se fue extendiendo a otras localidades desde los siglos XI al XVII, siendo las primeras Arguedas (1092), Tudela, Valtierra y Cadreita (siglo XII), Carcastillo y Villafranca (1443), Mélida (1498), Caparroso y el Monasterio de la Oliva (1472), el valle de Salazar (1504), Buñuel y Cabanillas (1541).
El resto de localidades obtienen el derecho de pasto ya en el siglo XVII (Milagro, Fustiñana, Santacara, Cortes, Marcilla, Peralta, Falces, Corella y Funes).
Estos derechos fueron concedidos como agradecimiento por servicios prestados, por llevar habitantes a los terrenos ocupados a los árabes, o como contrapartida por donaciones económicas dadas a la corona.
De terrenos de propiedad real a 22 propietarios
Una vez Navarra se incoporó en el reino de Castilla, no hubo cambios para los 22 municipios y valles considerados congozantes de Bardenas Reales.
La administración de las Bardenas se delegó en la Junta de la Comunidad de las Bardenas Reales, con jurisdicción civil y criminal, que presidían los alcaldes de Tudela, Roncal, Caparroso y Arguedas.
En 1499 Juan y Catalina de Albret dictaron una sentencia que regulaba por primera vez el uso comunitario y la Cámara de Comptos de Navarra (el antiguo tibunal de cuentas del Reino) en 1535 estableció ordenanzas con el objetivo de resolver los continuos conflictos entre sus miembros.
Será en 1705, con motivo de la Guerra de Sucesión y por las necesidades financieras, cuando a cambio de 12.000 reales el rey Felipe V concedió el goce perpetuo y exclusivo a los congozantes (prohibiendo además futuras concesiones), por lo que estos no son propietarios de las Bardenas, sino sus usufructuarios de por vida: pagan un canon, tienen posibilidad de transmitir por herencia sus tierras e incluso venderlas (todo, siempre, bajo el control de la Junta de las Bardenas).
Hoy en día las Bardenas forman la actual Comunidad de Congozantes, como así se denomina la unión de los 19 pueblos de la Ribera, los valles de Roncal y Salazar y el Monasterio de la Oliva.
Frontera, castillos y bandidos
En las Bardenas, como territorio de frontera, abundaron los castillos como el de Peñaflor, Aguilar, Sancho Abarca, Mirapeix, Peña Redonda y el de la Estaca. El castillo de Peñaflor es hoy una torre en ruinas que se conserva en precario equilibrio.
El actual paisaje casi lunar de las Bardenas nos hace difícil de creer que en esta zona estuviera en el pasado cubierta de bosques con abundante caza, lugar favorito de cacerías reales.
Zona fronteriza y, por tanto, peligrosa, las Bardenas fueron lugar de refugio para muchos bandidos. Así surge la leyenda de “Sanchicorrota” (Sancho Rota), rey absoluto de las Bardenas y poblados limítrofes en el s. XV, que ponía las herraduras del caballo del revés para que no pudieran seguirle la pista. También están el famoso bandido “Moneos”, que fue capturado tras robar una diligencia con un cargamento de merluzas (le localizaron por el olor del pescado) y otros.
El escritor Navarro Villoslada popularizó una leyenda según la cual el rey Juan II obligó a su hija doña Blanca a contraer matrimonio con Martín el Joven (Príncipe de Aragón), pero la princesa se negó ya que no le amaba. Por este motivo, su padre la encerró a pan y agua en el castillo de Peñaflor. Todas las noches se acercaba un pastor de Valtierra que le traía queso y leche. Cuando doña Blanca salió de su torre, en agradecimiento le regaló al pastor todas las tierras que rodeaban al castillo, lo que hoy se conoce como el Vedado de Eguaras. Esta leyenda es perfecta para explicar el por qué estos terrenos situados en el centro de las Bardenas pertenecen al término de Valtierra, así como que los restos del castillo se conozcan como el castillo de Doña Blanca.
En los últimos años, la aridez extrema y los paisajes singulares de las Bardenas ha conocido las andanzas de James Bond en “El mundo nunca es suficiente”, siedno así mismo escenario de numerosos anuncios y películas como “La Conquista de Alabnia”, “Acción mutante”, o “Airbag”.
El Parque Natural y la zona de conservación de aves
Tradicionalmente las Bardenas Reales ha sido tierras de agricultores de secano y ganaderos, siendo un lugar muy importante en la transhumancia de ovejas desde los Pirineos.El aprovechamiento agrícola de las Bardenas ha tenido una gran expansión en los últimos años, desde la construcción del embalse del Ferial, que, además, se ha convertido en lugar de esparcimiento y recreo.
En la actualidad estas tierras de Navarra son, desde 1999, parque natural y desde el año 2000, Reserva de la Biosfera. Asímismo, tiene dos Zonas de Especial Conservación para Aves (ZEPAS).
Como contrapunto, en la Bardenas hay una zona reservada como campo militar, con un polígono de tiro para la aviación.
El rincón más conocido de las Bardenas Reales, un verdadero monumento natural imprescindible ver en tu visita del parque natural, es el cabezo conocido como Castildetierra, increíble formación rocosa que se ha convertido en el icono de dicho parque.
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