La Iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río
Poco antes de abandonar Navarra, el Camino de Santiago nos ofrece este bello y recogido ejemplar del románico del siglo XII, la iglesia del Santo Sepulcro, que fue capilla funeraria y faro del Camino de Santiago. Su originalidad viene dada por el plan centralizado que adopta, que no es el único en Navarra, pero sí adopta mayor monumentalidad y perfección arquitectónica.
Según algunos historiadores, el Santo Sepulcro de Torres del Río podría haber sido obra de los caballeros del Temple. Este extremo no se ha podido confirmar y añade misterio a esta obra, que fue construida a semejanza del templo del Santo Sepulcro de Jerusalén, pero adaptando los conocimientos islámicos a la manera de construir de los cristianos. Algunos historiadores la hacen depender de la Orden del Santo Sepulcro y otros del Monasterio de Irache, bajo cuyos auspicios se construyó entre 1160-1170.
De planta octogonal, la iglesia del Santo Sepulcro es un raro ejemplo del arte medieval, ya que frente a la horizontalidad y pesadez del románico, en este templo todo conduce a la verticalidad. En su interior, la impresionante bóveda de nervios entrecruzados te hará recordar el arte hispanomusulmán.
La iglesia del Santo Sepulcro se encuentra integrada en el casco urbano de Torres del Río, pequeña localidad jacobea situada en Tierra Estella, entre lo alto de una colina y una profunda hondonada, ya cerca de tierras riojanas.
El visitante se encuentra ante una joya del románico, edificada en torno a 1170 como réplica de la basílica de Jerusalén, en la que la forma circular se ha sustituido por otra poligonal.
Ligada desde su origen al Camino de Santiago, fue faro de peregrinos, a quienes orientaba gracias a la luz prendida en la linterna que corona el edificio. El terreno que la circunda, sirvió además como cementerio de caminantes.
De planta octogonal y con un acabado perfectamente compensado, es un edificio sobrio y armonioso en el que diferenciará claramente tres cuerpos: el primero de ellos, ciego; el segundo, iluminado por dos pequeñas ventanas; y el superior, abierto en ventanas de medio punto que iluminan la espléndida cúpula interior.
El plan centralizado se explicaría tanto por su advocación: Santo Sepulcro, como por la función de cementerio que parece ser que tuvo. Uno de los atractivos que tiene es la planta octogonal, de tal manera que el lado del octógono se convierte en el módulo de toda la construcción, de lo que se deriva su extremada perfección. En la planta central se marca claramente un eje longitudinal formado por ábside, octógono central y torreón-escalera.
A ambos lados, el edificio conserva el ábside y una torre cilíndrica, y sobre el tejado de ocho aguas, se erige una linterna también octogonal que reproduce en miniatura el propio cuerpo del templo.
En el exterior consta de tres tramos superpuestos separados por molduras y flanqueados por columnas. Separa un tramo de otro un bisel de fuerte relieve que rodea todo el edificio.
En el primer tramo se encuentra la puerta (al sur) con un tímpano liso, apoyado en pilastras cuadradas, con una cruz patriarcal; el ábside (al este) sobre un plinto que salva el desnivel del terreno con una estecha tronera de iluminación y al oeste, el torreón-escalera.
En el tramo segundo, están los arcos apuntados muy abiertos y dos ventanas de medio punto, estrechas pero muy decoradas. En tramo superior, se abren los ocho ventanales, que son de medio punto, con columnas laterales, capiteles con decoración vegetal y arcos abocelados.
Lo culmina un octógono a escala similar a la iglesia, conservando los mismos elementos.
Si queremos acceder al edificio, lo haremos por la puerta del lado sur, cuyo tímpano nos presenta una cruz patriarcal, insignia de la Sagrada Orden Militar del Santo Sepulcro de Jerusalén.
En el interior, la mirada se alza hacia la magnífica cúpula de gruesos nervios de influencia califal que corona el conjunto y que dibuja una estrella de ocho puntas iluminada por una luz tenue luz que se filtra por las celosías. La cúpula es el elemento de mayor originalidad.
De las ménsulas parten ocho arcos que se entrecuzan formando una estrella y dejando un octógono libre en medio con un círculo de ajedrezados inscritos en él.
Su nervadura te recordará modelos islámicos similares a los de algunas mezquitas, lo que permite especular con la posibilidad de que el monumento fuese construido por artesanos mudéjares que habrían llegado a Torres del Río desde la orilla del Guadalquivir.
Y en el ábside, custodiando y presidiendo el templo, un Cristo del siglo XIII, también conocido como el Santo Cristo de los Caballeros del Sepulcro, con corona real y cuatro clavos, y con cierto realismo. Es una talla de tamaño mediano (98 centímetros) y de gran calidad.
Allí también observarás delicadas columnas, y capiteles de influencia morisca que reproducen monstruos y centauros.
Horarios y precios
- Horario de visitas: Contactar con Ofelia, 666 988 255 y/o Mari Carmen, 626 325 691.
- Precio entrada: 1,00 €
Horarios, fechas y precios orientativos. Se aconseja confirmar con la entidad responsable.
Galería de fotos de la iglesia del Santo Sepulcro de Torres del Río
Fuente de los datos: Gobierno de Navarra y elaboración propia