«Desengáñate, amigo Julio; la gloria del artista de teatro es como el sueño de una noche; un pintor, un poeta, un compositor dejan sus obras. De nosotros ¿qué queda?…Nada, absolutamente nada. Una generación que dice a la otra: ¡ Cómo cantaba Gayarre!…Cuando mi garganta diga: ya no puedo más, ¿qué quedara de Gayarre? Un nombre que durará mientras duren los que me oyeron, pero después ni aun eso. Créeme, pues amigo Julio, que nuestra gloria no vale ni dura el humo de un cigarro. Esta es la verdad» (Julián Gayarre a su amigo Julio Enciso, autor del libro «Memorias de Julián Gayarre»)
En 1988, los herederos de Julián Gayarre firmaron un primer acuerdo con el Gobierno de Navarra por el que donaban la casa del tenor en Roncal con los bienes que contenía y el mausoleo en el que reposan sus restos para crear una institución que velara por la conservación de los objetos y documentos que la familia había guardado celosamente desde el fallecimiento del tenor en 1890.
La Fundación Julián Gayarre se constituyó en noviembre de 1989 integrada por los familiares del tenor, el Ayuntamiento de Roncal y el Gobierno de Navarra. La Fundación tiene por finalidad promover iniciativas en recuerdo de Julián Gayarre, velar por la conservación, protección, expansión y custodia de su patrimonio y el que pudiera incorporarse en el futuro, difundir el conocimiento del mismo, fomentar su estudio y promover actividades relacionadas directa o indirectamente con la figura de Julián Gayarre.
El 2 de enero de 1990, coincidiendo con el centenario de su muerte, se abría en Roncal al público la Casa-Museo Julián Gayarre.
Los fondos del Museo están formados fundamentalmente por dos grupos de piezas: por un lado los objetos propiamente dichos y por otro la documentación.
El primer grupo lo integran, sobre todo, la colección de trajes que Gayarre utilizó en las representaciones de ópera, además de los accesorios y complementos (zapatos, guantes, espadas, postizos,…). Junto a éstos, otros objetos curiosos que Gayarre llevó a su casa de Roncal como recuerdo de alguno de sus viajes: el juego de billar, la bicicleta,…
Otros objetos son regalos que el tenor recibió a lo largo de su carrera artística que generalmente suelen ser de plata y llevan una inscripción o dedicatoria. En este grupo encontramos el aguamanil y la jarra que le regalaron en Valencia, el juego de café del Liceo de Barcelona, pitilleras, bandejas fruteros,…
El mobiliario de época que se encuentra en el dormitorio y en la sala contigua completaría la colección de objetos.
A estos fondos del Museo habría que añadir toda una serie de documentos que configuran el archivo y que realmente son los que aportan información sobre la vida y la carrera del artista. Existen varios tipos de documentos: diplomas, recortes de prensa, periódicos, carteles, partituras, libretos, fotografías y cartas; todos ellos de la época de Gayarre salvo unos cuantos que son de años posteriores y que se refieren sobre todo a homenajes en honor al tenor que tienen lugar años después de su muerte.
El estudio de toda esta documentación, además de la consulta de otros documentos conservados en diferentes archivos, bibliotecas, conservatorios y colecciones tanto públicas como privadas, es lo que ha permitido conocer los diferentes momentos de su carrera artística y aspectos de su vida privada. Gracias a este legado sabemos cuales fueron las óperas que interpretó, en que ciudades y teatros actuó, cuanto ganó por algunas de sus actuaciones, qué nos dice la critica musical de su tiempo, la prensa de la época…
Pero además, los documentos conservados nos permiten conocer muchos aspectos de la Opera de la segunda mitad del siglo XIX, nombres de los empresarios y teatros más importantes, de los maestros de canto, de otros artistas del momento como Adelina Patti, Maurel, Kaschman, Tamberlick, Elena Sanz, Massini, así como referencias y noticias de compositores y músicos de su tiempo: Babieri, Sarasate, Hilarión Eslava, Arrieta, Guelbenzu, Gaztambide,…Muchos de ellos, como Julián, navarros.
Aunque de Julián Gayarre no se ha encontrado o conservado ningún documento sonoro ( al menos hasta la fecha) el estudio de la documentación ha permitido a los investigadores poder afirmar que la voz de Julián Gayarre ha sido una de las más sobresalientes en la historia del bel canto. No tenemos grabaciones, pero conocemos bastante bien el repertorio, que incluye más de cincuenta óperas, las características vocales, los testimonios de muchas personas que tuvieron la suerte de oírle cantar en los teatros y los comentarios de los propios compañeros de Gayarre en la escena, los compositores y los críticos musicales.
Al hablar del legado de Julián, Gayarre no hay que olvidar las obras que regaló a su pueblo, Roncal. Además de su propia casa, mandó construir otras tres para sus primos, un frontón y unas escuelas que todavía hoy siguen utilizándose. También, gracias a las gestiones realizadas por Gayarre, pudo abrirse una carretera nueva de acceso al Valle de Roncal, la que sigue el curso del río Esca. Gayarre proyectó incluso comunicar por ferrocarril Pamplona con Francia a través de Roncal, pero este proyecto no pudo finalmente llevarse a término ni hubo nadie que lo continuara.
Julián Gayarre es una figura que aún hoy, más de un siglo después de su muerte, sigue despertando interés y admiración.
Su casa de Roncal, convertida en la actualidad en Museo, recibe al año miles de personas que, tras su visita, pueden conocer más aspectos no sólo de la figura de Gayarre sino también de la música de su época, gracias a este legado que se ha conservado a pesar del paso de los años.
María José Cortés Sádaba