Laguna de Lor, Cascante
Situada entre Cascante y Ablitas, la laguna de Lor es hoy un lugar de pesca, de paseo y de observación de aves. Pequeño embalse natural recrecido artificialmente, es uno de los 10 humedales más importantes de Navarra, y está incluida en Inventario de Zonas Húmedas de la Comunidad Foral.
Leyendas centenarias dicen que esta laguna rodeada de misterio está habitada por hadas que exhalan lamentos o suspiros. La explicación científica a sus risas y silbidos es la presencia de aves como el ánade silbón o la gaviota reidora.
La escasez de vegetación permite gran visibilidad por lo que es un lugar perfecto para la observación de aves. Se puede realizar un sencillo paseo por una pista elevada que bordea este enclave natural.
En el ribero valle del Queiles, esta laguna recoge las aguas del Moncayo con fines de regadío. Pero es mucho más que eso: un coto de pesca donde especies autóctonas conviven con otras más nuevas; un sendero perfecto para observar aves acuáticas; y un entorno lleno de misterio donde antaño algunos bañistas perdían la vida intentando cruzar la badina.
De origen endorreico y recrecida para beneficio del campo tudelano, está situada en el término de su nombre en terreno fértil en el que se cultiva en su mayor parte vid y olivo.
Tiene un perímetro de unos 2 km recorridos por un camino en el alto del talud que sirve también como dique.
En el paseo por este recorrido se divisan con un buen horizonte las planicies de olivo y viña que pueblan el Saso, mientras que la potente silueta de Moncayo parece contemplar la paz que emana del paisaje.
Al cruzar la carretera de Cascante a Ablitas llegamos a la orilla de la laguna. A partir de este momento, el recorrido por una pista elevada bordea esta balsa en la que se puede contemplar, según la época del año, especies como la focha, el somormujo lavanco, la garza real, el pato colorado, el porrón europeo, etc.
El baile del somorujo en época de celo, un ritual que asemeja un baile frente al espejo, no deja indiferente a nadie.
Conviene guardar silencio y no salirse del camino para no ahuyentar a las aves.
Más adelante se puede observar una zona de plantas acuáticas, similar al estanque de un jardín japonés.
A la belleza paisajística propia de la Laguna se le une la del bosque de olivos y un mosaico de cultivos tradicionales como la viña y el cereal, formando un enclave natural privilegiado.
Fauna en la laguna de Lor
Su situación biogeográfica, en el extremo sur de Navarra, hace que sea un enclave privilegiado, ya que en otoño-invierno posibilita la acogida de numerosas especies que tienen sus cuarteles de invernada en el norte de Europa, y en verano la de aves provenientes de África.
La avifauna es la propia de formaciones lacustres.
Hay una población fija de fochas, pollas de agua y ánades reales que aumenta en marzo con especies emigrantes que crían en el enclave. Las bandadas de anátidas se dejan ver de lejos con ayuda de prismáticos, retirándose de manera silenciosa y prudente cuando el caminante se acerca.
El somormujo, detectable por su largo cuello patrulla por libre, apareciendo y despareciendo como si de un periscopio se tratase.
Garzas, garcetas y cigüeñas alternan estos parajes de alimentación con las vecinas campas cuando son roturadas.
El Aguilucho Lagunero anida entre los tamarices sorprendiendo al visitante cuando leva el vuelo majestuoso, exhibiendo una envergadura insospechada.
Carriceros y lavanderas adornan sus orillas dejándose ver unas con más desparpajo que otros, mientras que en el cielo hace su incursión la gaviota común en vuelo rasante como nuevo competidor de predadores.
En otoño-invierno se observa un gran número de individuos de porrón común, porrón moñudo, porrón bastardo, focha, ánade real, cormorán, pato cuchara, ánade silbón, etc.
En primavera-verano, se constata la nidificación de numerosas especies como la focha, garza imperial, somormujo lavanco, zampullín chico, ánade real o la polla de agua.
Además están presentes otras muchas especies que utilizan el humedal como zona de residencia y donde obtienen gran cantidad de recursos vitales, como la garceta, garcilla, cormorán, cigüeñuela, abejaruco, golondrina, avión común y real, gaviota reidora y varias especies de limícolas como el chorlitejo, andarríos chico y grande, etc., sin olvidar una comunidad de rapaces entre las que hay que reseñar el águila pescadora y el águila culebrera.
También es un lugar importante de descanso de aves acuáticas en su ruta migratoria, lo que permite avistamientos de especies singulares, como el negrón especulado, espátula, garcilla cangrejera, morito, grulla, porrón moñudo, la malvasía y algunas gaviotas marinas.
Para poner a prueba lo sugestivo del lugar, nada mejor que acercarse a la laguna por la noche. Los siniestros sonidos nocturnos activan la imaginación y pueden llegar a poner los pelos de punta.
¿Hay un miura en medio de la laguna? No, en realidad es el avetoro. ¿Y esas risas? ¿Son de un hada? ¿Una presencia humana? Respuesta negativa.
Hay aves cuyo cántico simula la risa humana.
De día o de noche, un paseo reconfortante a un enclave natural poco conocido.
Fuente de los datos: Gobierno de Navarra y elaboración propia