En la Ribera de Navarra te encontrarás ciudades llenas de vida, culturas centenarias, monasterios, palacios, catedrales, bodegas, almazaras, huertas, desiertos y miradores que perfilan esta tierra del sur de Navarra, unas tierras llenas de contrastes y paisajes únicos y singulares.
Te proponemos una ruta para un fin de semana, que te guiará por el sur de Navarra, descubriendo la Ribera esencial.
Viernes
- Monasterio de Fitero, primer cenobio cisterciense.
- Macizo de las Roscas, formas insólitas.
- Baños de Fitero, las aguas más curativas.
Sábado
- Monasterio de Tulebras, rincón para el sosiego.
- Oro líquido en el trujal Hacienda del Queiles de Monteagudo.
- Visita y cata en la bodega Monteagudo.
- Laguna Lor, paraíso natural.
- Visita guiada por Tudela.
- Catedral de Tudela y Museo Decanal.
- Paseo por la Tudela judía.
- De copas por Tudela.
Domingo
- Panorámica desde la Virgen del Yugo.
- Por el interior de Bardenas Reales, Reserva de la Biosfera.
- Atalaya de Peralta, un mirador con resonancias medievales.
Desarrollo de la ruta por lo esencial de la Ribera
Viernes
- Monasterio de Fitero, primer cenobio cisterciense. El primer monasterio que la Orden del Císter construyó en la Península Ibérica se encuentra integrado en el núcleo urbano de Fitero. Inicialmente el pueblo estaba alejado del monasterio, pero en el siglo XV se construyeron casas en torno a la abadía.
Sus muros de piedra levantados entre los siglos XII y XIII albergan tesoros como la iglesia abacial.
De cruz latina, con tres naves y cabecera de girola con cinco capillas, es un ejemplar único del Císter en España. Disfrute de este enclave codiciado, durante siglos, por reyes, papas, obispos y señores. [+ info] - Macizo de las Roscas desde Fitero. Un sendero señalizado nos marca el camino para llegar al macizo, pero dada su longitud, proponemos admirarlo desde Fitero. Deja que tu imaginación juegue con los entrantes y salientes de las paredes rocosas de este enclave, convirtiéndolas en enormes lagartos, dragones, guerreros… Un macizo de poco más de 500 metros de altitud que emerge como un gigante en las llanuras del entorno.
- Baños de Fitero, las aguas más curativas. El acuífero de la Estación Termal Baños de Fitero, la más antigua de Navarra, aflora en dos manantiales, por lo que en la localidad existen dos balnearios: Gustavo Adolfo Bécquer y Virrey Palafox que ofrecen a su vez facilidades hoteleras. Baños de burbujas, sauna termal, ducha circular, chorros, maniluvios y pediluvios, todo lo necesario para recargar pilas en vacaciones. Las aguas de Fitero han curado a reyes, papas, políticos, toreros y escritores. La utilización de sus aguas con fines terapéuticos se remonta cuando a menos al tiempo de los romanos. [+ info]
Sábado
- Monasterio de Tulebras, un remanso de paz. Entre campos de regadío, a orillas del río Queiles y junto a las casas que conforman el pequeño pueblo de Tulebras, se encuentra este monasterio, primer cenobio cisterciense femenino de España. La iglesia, el claustro, el palacio abacial, el museo y los restos de una antigua torre romana son partes importantes del patrimonio conservado. Recorrerlo en silencio te producirá una agradable sensación de serenidad y recogimiento, al tiempo que te permitirá descubrir una interesante colección de arte sacro. Las laboriosas religiosas habitan la abadía desde sus orígenes (siglo XII). Ellas se encargaron de su restauración y elaboran productos especiales como las cremas de aceite y miel o sus deliciosas pastas. [+ info]
- Oro líquido en el trujal Hacienda del Queiles de Monteagudo. Con la llegada del invierno comienza la recogida de la aceituna. Los olivares de la Ribera son sacudidos para obtener su fruto y llevarlo a las almazaras donde se almacena y tritura para obtener el “Aceite de Navarra”. Esta denominación protegida es compartida por seis trujales entre los que se encuentra la Hacienda del Queiles en Monteagudo, especializado además en la obtención de aceite ecológico. Además de visitar el trujal merece la pena pasear por este pueblo señorial cuyo perfil horizontal se quiebra ante la presencia de la torre mudéjar de la iglesia de Santa María Magdalena.
- Visita y cata en bodega Nuestra Señora del Camino de Monteagudo. Sin abandonar la localidad podrás visitar y realizar una cata de vino en la bodega Nuestra Señora del Camino. Fundada en 1954 por viticultores de la localidad, experimentó un importante auge a partir de los años 90 del pasado siglo. Los cosecheros de Monteagudo resistieron la tentación de arrancar las viñas viejas de variedades autóctonas para plantar otras internacionales, por ello sus viñas de garnacha y tempranillo son algunas de las más antiguas de la zona.
- Laguna de Lor, paraíso natural. Pequeño embalse natural recrecido artificialmente entre Cascante y Ablitas. Leyendas centenarias dicen que esta laguna rodeada de misterio está habitada por hadas que exhalan lamentos o suspiros. La explicación científica a sus risas y silbidos es la presencia de aves como el ánade silbón o la gaviota reidora. En invierno aparecen otros raros ejemplares y la escasez de vegetación y carrizo ofrecen gran visibilidad. El resultado es que la laguna es un paraíso para las aves acuáticas y los amantes de la observación de pájaros. [+ info]
- Visita guiada en Tudela. Capital de la Ribera y muestra viva del encuentro de culturas (cristiana, judía y musulmana) que conforman su pasado, Tudela goza de una excelente situación geográfica, a orillas del Ebro, que ha convertido la zona en una próspera comarca agrícola. Hay varios palacios renacentistas y barrocos que expresan muy bien el refinado espíritu de la ciudad. Diversas empresas ofrecen visitas guiadas por el casco antiguo de la capital ribera: Tudelatur, Museo con servicio de visitas guiadas, Erreka, Novotur y Tourguías. [+ info]
- La Catedral y el Museo Decanal. La joya artística de la ciudad es la catedral de Santa María, construida hacia 1180 sobre los restos de una antigua mezquita; es monumento nacional desde 1884, tiene bella portada y claustro románicos y una luminosa nave central gótica. Anejo a la seo puede visitar el Museo Diocesano ubicado en el palacio Decanal (s. XVI). Se trata de una hermosa construcción de ladrillo de traza irregular. En sus salas podrás admirar piezas de arte sacro procedentes de diversas iglesias de la ciudad tales como retablos renacentistas, imaginería religiosa de distintas épocas o delicadas piezas de orfebrería. [+ info]
- Paseo por la Tudela judía. La Tudela actual invita a recorrer sus calles saboreando la mezcla de culturas que la han ido poblando centuria a centuria. Fundada por los árabes en el siglo IX, durante siglos mezquitas, iglesias y sinagogas convivieron en las calles tudelanas. La Judería Vetula te conducirá por un laberinto de calles estrechas llenas de recovecos, fachadas constreñidas y altas coronadas por aleros mudéjares. Estas características están presentes en la calle Benjamín de Tudela, la plaza de la Judería, los Hortelanos, la Fuente del Obispo, el Paseo del Castillo, San Miguel, Pelaires, Cortapelaires, San Pedro, Tres Esquinas, y el puente de Yeseros. Además, acceda a la capilla-sinagoga “la Escuela de Cristo”, en el interior del claustro de la Catedral: planta rectangular, coro sobreelevado para las mujeres, decoraciones de celosías de madera y esgrafiados de inspiración almohade. [+ info]
- De copas por Tudela: la mayor concentración de bares de copas se da en la plaza de los Fueros, en la calle Verjas, en el Paseo del Queiles, en la calle Carnicerías y en la plaza San Jaime.
Domingo
- Panorámica desde la Virgen del Yugo. Cuenta la tradición que fue en el mismo lugar donde se apareció María donde se construyó la ermita primitiva, hoy reconstruida. El lugar es un punto estratégico a las puertas de las Bardenas y uno de los puntos más altos de Arguedas (491 m), por lo que la vista panorámica del parque natural es sobrecogedora. La ermita se encuentra a unos 5 km. del pueblo, y se accede por una renovada carretera local con buen firme.
- Por el interior de las Bardenas Reales. Existen numerosas maneras de descubrir este enclave protegido. La más habitual es en coche accediendo desde Arguedas y cruzando una pista que permite dejar el vehículo para admirar las principales formaciones de Bardenas. Aunque puedes recorrer por tu cuenta este singular paisaje semidesértico de 42.500 hectáreas, suele recomendarse contactar con empresas especializadas, especialmente en invierno ya que el terreno puede presentar complicaciones: Compañía de Guías de las Bardenas; Erreka, guías locales de Navarra. [+ info]
- Atalaya de Peralta. Un mirador con resonancias medievales: acantilados de yesos blancos que se elevan majestuosos sobre los bosques de sotos, tamarices y choperas. De la vieja atalaya medieval y de su fortaleza emplazada en la parte alta de la montaña se conservan vestigios como la puerta de entrada o portil de lobos, un aljibe y un pozo vertical abierto en la roca. Además de deleitarse con este paraje, resulta un mirador perfecto para finalizar la ruta. La esencia de la ribera, sus ocres y rojizos, sus sotos y sus ordenadas huertas quedarán impregnados en tu retina.
Localidades incluidas en la ruta…
Otras variantes de la ruta…
- Bodegas Ullate en Monteagudo [+ info]
- Terapias con aceite en el Centro Termolúdico de Cascante
- Corella, capital del Barroco (11 kilómetros desde Fitero)
- Laguna de Pitillas (34 kilómetros desde Arguedas)