Tudela, la capital de la Ribera de Navarra
Al sur de Navarra, entre la abrumadora aridez de las Bardenas y el verde intenso de la huerta de la Ribera, se encuentra Tudela, la segunda ciudad en extensión e importancia del territorio foral.
Tudela cuenta con una amplia oferta turística orientada hacia un turismo de calidad, en la que merece una mención especial su oferta gastronómica que ofrece al visitante sus excelentes materias primas (verduras de la huerta tudelanas y carnes) y el buen hacer de sus restaurantes.
Fundada en el año 802 por Amrus ibn Yusuf al-Muwalad bajo mandato del rey Al Hakan I, es una de las ciudades de origen islámico más importantes de España y de Europa.
En ella convivieron, durante más de 400 años, musulmanes, judíos y mozárabes, quienes imprimieron a la ciudad un mestizaje cultural reflejado en sus monumentales edificios y del que será testigo al pasear entre sus callejas retorcidas, pasadizos, murallas y atalayas.
Porque Tudela es una ciudad para recorrer a pie, en la que el encuentro con la historia se combina con lo mejor de la buena mesa, en la que destacan las exquisitas verduras de la Ribera.
Capital de la Ribera y muestra viva del encuentro de culturas que conforman su pasado, Tudela goza de una excelente situación geográfica, a orillas del Ebro, que ha convertido la zona en una próspera comarca agrícola. Bien comunicada, la ciudad, en la que viven alrededor de 30.000 habitantes, destacó siempre por su estratégica posición que la convirtió, primero, en avanzadilla de los musulmanes contra los cristianos, y, después, en atalaya del Reino de Navarra en sus luchas con Castilla y Aragón.
La expulsión de 3.000 judíos, en 1498, y de los moros y moriscos en 1516 y 1610, constituyen algunos capítulos de la historia de Tudela, ciudad incluida dentro de la Red de Juderías de España-Caminos de Sefarad y en las rutas turísticas sefardíes.
Las minorías sociales dejaron una profunda huella de la que serás testigo nada más entrar a la ciudad por el puente del Ebro, obra de factura medieval, probablemente sobre una construcción previa musulmana, de 17 arcos, unos ojivales y otros de medio punto y 360 metros de longitud, desde el que obtendrás una de las mejores panorámicas de la capital ribera.
La joya artística de la ciudad es la catedral de Santa María, construida hacia 1180 sobre los restos de una antigua mezquita; es monumento nacional desde 1884, tiene bella portada y claustro románicos y una luminosa nave central gótica. Destaca también la capilla de Santa Ana, trabajada en barroco churrigueresco y restaurada en 1948.
Anejo a la seo puedes visitar el Museo Diocesano ubicado en el palacio Decanal (XVI), y repartidas por la ciudad, las iglesias de San Jorge (XVII), del Carmen (XVII), San Nicolás de Bari (XVIII), Santa María (XVI) y de la Magdalena (XII), monumento nacional que conserva una de las pocas torres románicas que podrás ver en Navarra.
Dentro de la arquitectura religiosa, también son interesantes los conventos del Carmen (XVII), Dominicas (XVII), Capuchinas (XVIII) y Clarisas (XVIII); las ermitas de la Virgen de la Cabeza y de Santa Cruz, y la imagen del Sagrado Corazón, situada sobre un altozano desde el que obtendrás una hermosa perspectiva de la ciudad.
Igualmente sorprendente es la arquitectura civil de la ciudad, cuyas calles están protegidas por casonas, palacios y edificios con solera como el palacio del Marqués de San Adrián (XVI), el Palacio del Marqués de Huarte (XVIII), el Centro Cultual Castel Ruiz (XVII), o el museo Muñoz Sola de Arte Moderno. Otro alcázar descansa sobre una de las atalayas que rodean la ciudad. Se trata de la Torre Monreal, la primera cámara oscura de Navarra que regala al visitante panorámicas espectaculares de la ciudad.
La plaza de los Fueros, punto de transición entre la ciudad antigua y la moderna, es uno de los centros de reunión preferidos de los tudelanos. Construida en 1687, fue coso taurino, dispone de quiosco central y las fachadas de las casas que la circundan muestran escudos heráldicos de las poblaciones de la Ribera de Navarra.
La estación intermodal de la ciudad recibió en septiembre de1996 el premio Brunel, galardón que se concede a las mejores obras ferroviarias de arquitectura, por la novedad de su diseño y funcionalidad.
Además de un pujante comercio, en Tudela encontrarás los mejores manteles; deguste las excelentes verduras -alcachofas, espárragos, cogollos, cardos- y no te marches sin probar la famosa menestra (plato cocinado con alcachofas, guisantes, alubia verde, espárragos, acelga y jamón serrano), productos que también se venden en conserva.
También es tierra de fiestas y tradiciones. Festeja a su patrona, Santa Ana, del 24 al 30 de julio, y son de interés histórico cultural las fiestas conocidas como El Volatín y la Bajada del Ángel, que se celebran en Semana Santa, entre marzo y abril.
Si tu interés se centra en las actividades en la naturaleza, Tudela es un buen punto de partida para realizar recorridos por las Bardenas Reales, visitar el Despoblado de Rada o recorrer la Vía Verde del Tarazonica.
Si viajas con niños, puedes acercarte, durante los meses más cálidos, al Parque Senda Viva (en Arguedas), que cuenta con animales en semilibertad y atracciones.
Si tu viaje coincide con el 18 de septiembre, acércate al término conocido como El Paso para ver entrar en las Bardenas miles de ovejas procedentes de los valles del norte.
Qué ver y visitar en Tudela
- Catedral de Santa María de Tudela (s. XII – XIII, tardorrománico, pero con añadidos hasta casi la época actual).
- Iglesia de la Magdalena (s. XII, románica).
- Palacio Decanal o Palacio del Deán (alberga el museo decanal).
- Iglesia y Convento de las Capuchinas (del s. XVIII, barroca).
- Palacio del Marqués de San Adrián, que destaca por sus frescos agrisallados -únicos en palacios civiles del XVI-, que es sede de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en Tudela.
- Palacio del Marqués de Huarte (s. XVIII, barroco, sede del archivo y biblioteca municipales).
- La Torre Monreal (torre original, s. X; actual torre octogonal, s. XIX)
- Iglesia de San Nicolás (s.XII-s.VIII; nuevo edificio del s. VIII, con la portada románica del s. XII).
- Iglesia de San Jorge el Real (del s. XVII, barroca).
- Iglesia y Convento del Carmen (del s. XVI, estilo manierista).
- Seminario Conciliar de Santa Ana (del s. XVI, manierista).
- Iglesia del Colegio de San Francisco Javier (del s. XVI, tardogótico).
- Iglesia y Convento de las Dominicas (del s. XVII, estilo manierista con decoraciones barrocas).
- Iglesia de la Compañía de María (del s. XVII, barroca).
- Parroquia y Hospital de Santa María de Gracia (Pza. Nueva) (del s. XVI, gótico-renacentista, remodelación en segunda mitad s. XX).
- Iglesia y Convento de los Capuchinos (de finales del s. XIX).
- Puente de piedra sobre el río Ebro, con 17 arcos.
- Casa Consistorial o Ayuntamiento (s. XVII, fachada neoclásica).
- Casa del Almirante (s. XVI, plateresca)
- Casa de los Ibáñez de Luna (s. XVI, plateresca) (Mansión de los Señorena) (s. XVI, renacentista)
- Real Casa de Misericordia (s. XVIII, neoclásico)
Fiestas y tradiciones
- Los «zipoteros» debieron ser personajes muy populares en distintas localidades de la Ribera de Navarra, figura que fue rescatada en el carnaval de Tudela en 1989. Sin embargo, el desfile de los «zipoteros» por las calles de la capital ribera es una tradición muy remota, que ya recogió Yanguas y Miranda en sus escritos sobre la tradición del carnaval de Tudela y el personaje del zipotero.
- El Volatín (Fiesta de Interés Turístico Nacional). Las tradicionales ceremonias del Ángel y del Volantín, han discurrido siempre juntas en la fiesta y en la costumbre tudelana desde su inicio, que se considera probable en el s. XIII ó XIV. El día de Sábado Santo, a las 10 de la mañana, un muñeco o pelele de madera, con sus miembros articulados, vestido con un atuendo que intenta resumir lo más comentado en la ciudad ese año y con un puro-petardo en la boca recibe asustado al encargado que pone fuego al dicho petardo.
- La Bajada del Ángel (Fiesta de Interés Turístico Nacional). Así llamada porque un niño o niña vestido de ángel, suspendido en una maroma, es llevado por medio de un torno, a través de la actual plaza de los Fueros, hasta llegar a donde, en hombros, tienen la imagen de la Virgen, cubierta su cabeza con un velo negro, en señal de la tristeza que le causaba la muerte de su hijo Jesucristo. El niño le quita el velo en señal de alegría por la resurrección de Cristo.
- Fiestas de San Juan. Se celebran en el barrio de Lourdes en el fin de semana más próximo al día de San Juan desde 1977. Las fiestas comienzan en viernes, con el lanzamiento del cohete anunciador. Seguido de esto se va en pasacalles acompañados por los gigantes y los cabezudos de la Comparse Perrinche. De este modo se llega a la casa del Donante del Rosco de San Juan, que cada año lo hace una persona distinta.
- Fiestas patronales de Santa Ana (Fiesta de Interés Turístico).Del 24 al 30 de julio. Uno de los actos más entrañables se celebra el día 25, donde se nombra oficialmente al «Tudelano Popular» —hombre o mujer que ha destacado por su forma de ser, trabajo por Tudela, y que es conocido por la mayoría del los ciudadanos—. Fiesta Patronal el 26, con un denso programa festivo popular, donde destacan la Feria Taurina, los encierros, «la Gigantada» (concentración de gigantes), y «la Revoltosa», baile-carrusel cincuentenario, que pone a prueba todas las noches el temple y vigor de los participantes, en un recio rito folclórico; la Plaza de los Fueros parece enloquecer.
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